Bien
es sabido por todos los conocedores de la Educación, que la
formación de un niño empieza en su hogar, por ello si los padres
quisieran lograr que su hijo cuando asista a la escuela, en sus
primeros años de vida escolar, preste la atención debida al
profesor, al director de la escuela o al emisor en una comunicación,
sólo tienen que comunicarse con él , con bastante frecuencia desde
sus primeros años de vida familiar, de la manera más idónea ,
peculiar, con un buen timbre de voz, pronunciando las palabras,
frases u oraciones correctamente, mirándole a los ojos cuando le
hablen, prestándole la atención debida en el momento preciso de la
interlocución y verán que en el lapso de seis años cuando tenga
que ir a su primer grado de educación escolar básica o primaria (su
segundo hogar) y consulten a su profesor (a), sobre la atención
prestada en clase, tengan la seguridad que obtendrán una respuesta
positiva .
Estimado
lector, el hábito de la atención es aquel que se va formando y
adquiriendo desde nuestros primeros años de vida, dependiendo mucho
de ello de la estimulación que hallamos recibido a temprana edad de
parte de aquellos dos ángeles que nos ha dado Dios al nacer, como
son nuestros padres.